jueves, 2 de mayo de 2013

La repetición en la escultura de Juan Carlos Marín



La exposición “El infiel en la superficie” nos parece oportuna por la manera que tiene Juan Carlos de encarar el problema del espacio en el tratamiento de sus objetos. Es una manera desprejuiciada, libre y lúdica, sin complejos, de acercarse a los límites de la materia geométrica a través de los planos y las superficies, sin más premisa o ley que la que le otorga la libre asociación de formas que dicta su sensibilidad compositiva. Aunque quizá eso no sea estrictamente así, como nos indican las leyes de la Gestalt, y es que la pregnancia de un objeto depende de variables que podemos no ser conscientes de utilizar al crear una determinada composición. La repetición compositiva, que se basa en el principio de memoria, nos permite explicar por qué una serie nos puede dejar una  impresión más profunda que el objeto aislado, y la consecuencia de la monotonía puede ser eludida con pequeñas variaciones, no inmediatamente perceptibles, sobre la repetición inicial.
Según Deleuze, "desde la representación, la repetición sólo puede explicarse de modo negativo; es una limitación relativa a nuestra representación del concepto, lo que nos impide acceder a la multiplicidad de las cosas que éste puede representar. La repetición sería "la diferencia sin concepto, y no es entonces representable". Mientras que la diferencia supondría el cierre del círculo del concepto, en su infinitud.
Desde el punto de vista de la experiencia C-aps, nos interesa la interrelación del propio objeto espacial con el espacio en que se inserta. Variables como color, escala, situación condicionan esta relación con los muebles y objetos que habitan la sala y aún con los habitantes, visitantes mudables que entran, salen, dirigen su mirada, o se sientan a charlar. De igual modo, se producen los desbordamientos emocionales de la praxis geométrica del trabajo de JCM. De manera no consciente, se producen asociaciones, vínculos ocultos a las motivaciones de la conciencia que van más allá del significado de las palabras y los conceptos. Así , División y Abatimiento de un plano, podría representar para un hipotético espectador visionario, el sentimiento de pérdida de la pareja, en el fin de una relación.  Entonces, entramos en lo que realmente importa, la mirada del espectador, que hace suya la obra al observarla, transformándose en infinitas realidades vivientes en cada una de las mentes que observan, y transforma la obra ahora sí, artística, desposeyendo parcialmente de su propiedad intelectual al propio autor. La obra entonces, es disfrutada en la mente del observador,  que la recrea infinitamente, cada vez que se observa por nuevas miradas.

Juan luis Yáñez.




blando. acero oxidado.
2009
40x38x30 cm







mostaza. acero esmaltado
2012
27x21x35 cm






slanted & enchanted. acero esmaltado
2009





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