(texto para el catálogo de la exposición gretchenfage,
de Juan Luis carrasco)
gretchenfrage en c-aps experience (mar 2014)
La interpretación de las
estructuras subyacentes en una obra artística determinada y la observación
intervencionista de la misma, forma parte del objetivo de una actitud deconstructiva en el acto
creativo. Frente al análisis estructuralista, a la actitud de la transgresión,
o al dogma de estilo, la actitud deconstructiva pretende indagar en las
interioridades de un concepto o una obra, fracturando, ordenadamente, sus
argumentos, su lógica, para poner al descubierto su composición interior, la
relación entre el supuesto exterior e
interior. Ni explica, ni pretende realizar análisis crítico de éste. Más bien
se trata de entender el mecanismo de su funcionamiento. Esto se hace evidente
en su arquitectura.
El lenguaje es una
estructura convencional que es utilizado como soporte para la comunicación de
ideas, emociones o sentimientos. La gramática constructiva se convierte en el
vehículo susurrante en el que restallan las cacofonías de la idea contenida.
Las rupturas de la estructura sirven al objeto de la explicación de su
construcción en su sentido más íntimo, resultando de ello una estrategia de la
comunicación.
El trabajo de Juan Luis
Carrasco pertenece al mundo de lo inasible, dicho esto desde la futilidad de la
justificación de su obra al menos, desde la justificación en términos
inmediatos. No pertenece la suya al universo de los fenómenos causa-efecto. Su
trabajo se apoya en una gramática ruptural que enfrenta su mundo (interior) y
el que le rodea, que no necesariamente se solapan. Superada una fase de manejo
gramatical de sus ideas e intereses, aprehendiendo siempre, investigando ,
probando nuevas fórmulas y sistemas, actualmente parece encontrarse cómodo en
el trabajo colectivo, no tanto desde un punto de vista social, como
individualista. El mundo de JLC tiende inexorablemente al enfrentamiento entre
la individualidad innata de su carácter y la socialización necesaria de aquello
que le rodea. De esta tensión parten las líneas que marcan el desarrollo de su
trabajo. Su universo caótico está formado, como dicen Deleuze y Guattari en Caos y Cerebro, por elementos atractores
y fuerzas repelentes que generan un sistema estable que se va desestabilizando
progresivamente con el paso del tiempo y reestabilizando gradualmente como un
sistema planetario. Este universo genera un caldo compositivo estructurado en
torno a las fragmentaciones provocadas por esa relación de fuerzas en tensión.
Los conceptos subyacentes son ahora más densos y oscuros, ora trascendentes, ora
determinantes, devienen una obra cada vez más madura, aunque no pierde un ápice
del vértigo a lo desconocido, al descubrimiento.
Juan luis yáñez
lapreguntaesencial