El título, extraído de una exposición anterior de Juan Luis Carrasco, ilustra el objetivo de este artículo. Se trata de dar una visión de la poliédrica obra de JL, a través de textos críticos, de compañeros o propios, sobre trabajos anteriores, su obra y su actitud artística, que pasado mañana se presenta en aceropuro showroom, a través de C-aps experience. Como ya ha ocurrido otras veces, el trabajo de JLC se va a auto|re|construir sobre el propio espacio doméstico creando un nuevo microcosmos durante estas ocho semanas.
Entender las relaciones que son posibles en
una estructura viene definida por las partes que la componen. Los trozos
extraídos mediante la fragmentación de ésta enuncian por un lado su condición
de parte, y también la posible recombinación con otros.
La gramática en todos los lenguajes define un
conjunto finito de partes, pero el significado que pueden adquirir sus
formulaciones no. El lenguaje puede estar compuesto por un número infinito de
fórmulas.
Dentro
del lenguaje plástico, acometemos distintos autores la posibilidad de
relacionar nuestros trabajos. Como ejercicio o experimento, mediante
"cortes seleccionados" probamos los trozos de nosotros mismos para
recomponer los distintos lenguajes y hallar quizás nuevas formulaciones fruto
de la colaboración.
|texto extraído de la exposición Selected cuts. 2013|
El trabajo de Juan Luis Carrasco reflexiona
sobre la liberación y la carencia del significado en la creación plástica. Lo
hace desde una concepción irónica sobre el valor ornamental-funcional de la
obra artística en el contexto del pensamiento. Su trabajo propone reflexiones
plásticas y su interés se centra en los aspectos denotativo para construir su
discurso.
En esta muestra sin título, se vale de la
figura del marco (parergon) localizándolo como centro de atención, que
despojado de su función se referencia a si mismo y al espacio contextual.
Para lograrlo
muestra en Bergrummet (habitación de montaña, en sueco) espacio
expositivo de Konstepidemin de
Gotemburgo, dos maneras: La primera pretende representar el espacio expositivo
como un marco inverso de la ciudad, mediante una pintura en la fachada que
acentúa su potencial iconográfico de auto representación, de manera que el
espacio se oculta exhibiéndose. En la segunda manera , muestra seleccionados
materiales tomados de la ciudad (carteles y un parquet), reconstruidos y
intervenidos parcialmente para destacar aspectos estructurales, constituyen
huecos de externalidad interiorizado.
La propuesta es una instalación site-specific
concebida como una elipsis (lingüística), donde se suprimen elementos de
significado pero se construye un discurso dentro de la cohesión contextual.
Esta
proposición aséptica, sin embargo forma
parte de un analítico y apasionado proceso de referencias visuales y
documentales que viene llevando a cabo el trabajo del autor sevillano en Suecia, los cuales podrán
verse en esta su primera muestra en Gotemburgo.
|Nota de prensa para la exposición Parergorn. 2012|
En la obra de Juan Luis Carrasco toman
especial relevancia el proceso, los valores manuales y la investigación. Sus
piezas multidisciplinares (instalaciones, esculturas, bajorrelieves, grabados,
fotografías, pinturas, dibujos e incluso vídeos), anteponen lo denotativo a lo
connotativo y se conciben en su conjunto como series fragmentadas donde las
ideas toman presencia sin que importe su significado ni los condicionantes
apriorísticos que pudiera determinar la interpretación del espectador.
Una de las cuestiones subyacentes en el
trabajo de Carrasco es la consideración de la naturalización de la violencia,
la concreción a través de elementos plásticos de los sentimientos inherentes de
agresividad o ruptura que existen en innumerables situaciones cotidianas,
además de la asimilación de la convivencia con los accidentes. Al utilizar
metáforas abstractas -que no son más que materializaciones de conceptos muy
elaborados-, pretende evidenciar los cambios bruscos que desacuerdan el
equilibrio de las estructuras naturales que nos rodean. Una grieta en el suelo,
un ángulo quebrado o un roto en un jarrón son disposiciones habituales que
encierran altas dosis de incertidumbre y desconcierto, desavenencias sutiles
que nos pasan desapercibidas y que se hacen patentes gracias a la mano del
artista. Las ánforas con incisiones de su serie Argumento (2002-2006), o “los
troncos mutilados de sus suelos de cerámica” (2005-2006) o “las coloristas
bombillas partidas” de su instalación “PieceofCake!” (2007), representan
ese sentimiento indescriptible de inestabilidad, deficiencia y malogro que
intenta plasmar el creador sevillano.
El punto de vista que le interesa a Juan Luis
Carrasco es gramático y no semántico. Comunicar con elementos sencillos,
cercanos y reconocibles que no enturbien ni perviertan el mensaje. Para él la
obra es un argumento-ornamento sin engaño donde son claves la responsabilidad,
la honradez del artista y el control sobre los métodos procesales de
elaboración, facetas que le sirven para intentar reconstruir la realidad desde
una percepción desmembrada que tiene en cuenta las máximas formas posibles de
aprehensión.
|Diccionario de artistas, Sema D´Acosta|
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