Algunos trabajos de animación de Laura Millán.
miércoles, 17 de octubre de 2012
martes, 16 de octubre de 2012
Textos sobre la exposición. Miniencuadro... Ramón del Pino, historiador de arte
Maratón 50x50 cm. Collage. 2012
Miniencuadro
por Ramón del Pino, historiador de arte
Miniencuadro es el fruto de un ejercicio
conceptual sereno del que germinan pequeñas escenas y teatros, fascinantes
historias hilvanadas con una madeja de hilo trenzada entre lo onírico y lo
real, entre lo insólito y lo cotidiano; fábulas que se descuelgan del mundo de
los sueños y relatos que se edifican sobre realidades dispares, inverosímiles
unas veces, cotidianas otras tantas, pero que siempre tienen a la miniatura
como protagonista.
Esta “original dramaturgia”, clarificada en el
imaginario de Laura Millán, es una propuesta fresca y edificante, distraída y
nutritiva que se desliza con maña entre los espacios comunes, entre universos
cotidianos que rápidamente se sueldan a la fabulación colectiva. Y es que
Miniencuadro es un guiño constante al espectador. Mediante la sutil
construcción de decorados que encierran historias, de personajes y acciones que
se retroalimentan en una entretenida simbiosis que explora sensaciones,
cuchufletas y chascos, las miniaturas interpelan a su público, a su complicidad
y comicidad, haciéndole responsable último del éxito de cada una de sus
interpretaciones.
De hecho, algunos de estos trabajos se codifican a partir de las
sugerencias de sus “mecenas”. Millán recibe los encargos y es a partir del
cotejo de los gustos e inquietudes paralelos al compromiso, cuando da comienzo
el esbozo de este arte chico, de estas sugestivas fracciones de pura
creatividad que sintetizan, en títulos como Libros, los sueños de una
empedernida lectora que se transfigura en intrépida alpinista, ávida de escalar
insondables montañas de libros diminutos. La misma sinapsis estimula piezas
como Clavadista
y Tokio,
esta última, una postal minimalista de la capital japonesa; una especie
de “catarsis” de amor sublimada en torno al beso esquivo que jamás se dieron
Scarlett Johansson y Bill Murray en Lost in traslation. La no menos simplificada Clavadista, es una nítida
metáfora de la actitud vital de un amigo de Millán, basada, según palabras de la
artista, en su necesidad valiosa de tirarse a la piscina, en todos los
sentidos, una condición asumida de manera ligera por una miniatura que
Miniencuadro señala como verdadero alter ego de su bienhechor.
Es así como surgen muchas de estas piezas, pero
no la única ecuación de este complejo artístico. Cuando los encargos no vienen
acompañados de indicaciones, entonces es la propia miniatura la que se
convierte en hombre vitrubiano, en el crisol de ideas que estimula la atmósfera
de estos minicuentos que se suceden en un instante, de unos relatos cuyo pulso
narrativo juguetea con la proporciones y esquematiza territorios habituales,
hace apología de lo oscuro y pondera la engañifa.
En Marchantes,
es la medalla de tela con que se premia a vacas y toros en las ferias,
la verdadera protagonista. Su desproporción es el escenario que condensa y
expande la acción, el argumento también
de Crimen, donde la huella del cadáver es un ilusorio “Gulliver de
trazo grueso”, capaz de rememorar, más que la novela de Jonathan Swift, las versiones de
dibujos animados que se hicieron sobre la obra del escritor irlandés y
con la que todos crecimos. Y es que Miniencuadro posee el fulgor de esa magia
infantil que envolvía travesuras, juegos y juguetes, cuentos y tebeos, dibujos
animados y por supuesto el cine. Es obvia la relación de Miniencuadro con
películas como “El increíble hombre
menguante”; su analogía con aquel cine henchido de aventuras, protagonizado por miniaturas de carne y
hueso que huían de enormes monstruos y
animales fantásticos, que correteaban entre gigantescos decorados, verdaderos
delirios de cartón piedra salidos de los irrepetibles trucos de Ray Harryhausen o
Emilio Ruiz. Unas fullerías visuales en las que la escala y la esencia
artesanal son una referencia espiritual a
la vez que un guiño estético, y que escanea el cine hasta llegar, tal vez,
hasta el mismísimo George Meliés y su viaje a la luna, a su manera
creativa y mimosamente artesanal de hacer las cosas.
Pero bajo estas cúpulas de cristal y madera
subyacen igualmente otros elementos comunes al arte de lo oscuro, a saber, el
decorado, la puesta en escena, el guión, mucha creatividad y unos actores muy
disciplinados y sorprendentes.
La construcción de estos lucernarios
espacio-temporales de 13x13, 23x23 o
50x50 cm, estos son los formatos con los que trabaja este entretenido
trío que encierra nubes y atrapa gigantes, florece a partir de una línea de
trabajo articulada en torno a las artes visuales, el diseño industrial y
gráfico, la animación y la dirección de arte.
El resultado es un trabajo visualmente limpio y sintético. Muy gráfico.
Idóneo para configurar los conceptos nítidos que originan estas obras; hábil
para dialogar con el material y dar forma a unas piezas moduladas mediante el maridaje entre las
miniaturas de maquetas y una amalgama riquísima de elementos, la mayoría de uso
habitual: papel, cartón, madera, textiles o plásticos. Ingredientes con los que
Miniencuadro se regocija simplificando, a través de una tangente artesanal,
lugares, objetos y sensaciones. Monopol, Exterior jardín, Ecovesan, Feria o
Sáhara son un epílogo muy plástico de espacios tan rutinarios como un
supermercado, un jardín, un cine, la playa de las Canteras o el desierto del
Sáhara.
En la era digital, una creadora cuya principal herramienta de trabajo es
el ordenador,
se apodera del collague y las manualidades, del “hazlo tú mismo” como pretexto
técnico, estético y estilístico del que fluye, según Millán, un enfoque ético:
“ser lo más artesanal posible”. Es ahí donde
reside buena parte del acierto y la energía de este manifiesto céfiro,
muy útil para penetrar en el territorio siempre delicado que existe entre arte
y artesanía. Una especie de “tierra de nadie”, un flujo continuo de conexiones
nerviosas y de impulsos exquisitos que yacen latentes esperando el talento que
explore esta veta dorada.
Quizá, y siguiendo
hasta el final la huella del genial Harryhausen, fullero responsable de muchas
de las peripecias cinematográficas de Simbad el marino, Miniencuadro se
pueda explicar como una metáfora de otra de las fábulas que componen los
cuentos de Las mil y una noche. Tal vez, solo hay que frotar el candil de
Aladino para que el genio de esta lámpara maravillosa haga realidad nuestros
deseos. También nuestros sueños.
Ramón del Pino
Monopol, 23 x 23 cm. Collage. 2012
jueves, 11 de octubre de 2012
Textos sobre Miniencuadro. Nayra Sanz, Directora de Cine
clavadista, collage 23x23 cm. 2010
MINIENCUADRO. CRÍTICA DE LA MINIATURA
Nayra
Sanz Fuentes
Entre los artistas contemporáneos más destacados del
“arte en miniatura” realizado a lo largo del siglo XX, habría que destacar
la aportación realizada por el artista neoyorkino Charles Simonds (1945). En el
contexto norteamericano de los años sesenta, marcado por los movimientos de
contestación política y social en los campus universitarios, y en el que los
artistas buscaron un modo de expresión que se liberase de las formas de
representación tradicionales, Simonds optó por trabajar con la miniatura y por
reflexionar, ante todo, acerca de su ubicación en el territorio urbano. Es así
como surgieron los dwellings,
pequeñas moradas de arcilla que el artista situaba de manera clandestina en
barrios degradados de la ciudad. Los pequeños hombres –little people, en palabras del artista- que supuestamente habrían
habitado aquellas construcciones, eran el testimonio de civilizaciones nómadas
y arcaicas que rememoraban tiempos remotos. A través del fuerte contraste que
se generaba entre esas civilizaciones “arcaicas” y la gran urbe megalómana
neoyorkina, Simonds impelía a reflexionar sobre la historia, el tiempo, la
muerte, la creación y la degradación. Del mismo modo, con el uso de la arcilla
cruda como material arquitectónico, recordaba el distanciamiento paulatino que
el hombre contemporáneo había establecido con la tierra y con la naturaleza,
una lejanía que desembocaba en sociedades industrializadas y profundamente
consumistas.
Más de treinta años después, otro artista contemporáneo,
el portugués Baltazar Torres, comenzó también a trabajar con la miniatura, si
bien desde una perspectiva muy diferente. Su ámbito de exposición no sería ya
el urbano, como en el caso de Simonds, sino, de nuevo, la galería y las salas
de arte. Los materiales con los que Torres trabaja no son ya “primarios”
(madera, barro, etc.), sino aquellos estrechamente vinculados a las sociedades
industriales: plástico, metal, espejo, etc., y los espacios que genera se
relacionan con el mundo de la maqueta. Sin embargo, este artista, también
plantea con sus escenas una crítica frontal al mundo en el que habita. Sus
representaciones, caracterizadas por individuos aislados emplazados en
arquitecturas kafkianas (Ej: Colmenas,
Cuevas Urbanas), aluden directamente
a la problemática del hombre postmoderno del primer mundo: la “urbe del caos”
dominada por la alienación, la apatía, el consumismo y la soledad; una suerte
de esquizofrenia de lo real.
A punto de iniciarse la segunda década de siglo XXI Laura
Millán comenzó a realizar sus Miniencuadro;
pequeñas series en forma de cuadro en las que encierra a seres en miniatura en
escenas cotidianas, lúdicas y oníricas. Podría decirse que su estética, limpia
y minimalista, recuerda a aquella primera escena de Terciopelo Azul de David Lynch, en la que un bombero saluda
sonriente mientras atraviesa las calles impolutas de una pequeña ciudad
acomodada de los EE.UU. Todo el entorno aparenta una perfecta armonía, nada
desentona y, sin embargo, se intuye que algo turbio se esconde detrás de esa
fachada; un escenario que vela una realidad tenebrosa y desconcertante.
De este modo, a simple vista, las piezas de Laura Millán
parecen alejarse de aquella crítica social explícita que encontrábamos en el
caso de Simonds o Torres, no obstante, ésta se encuentra en la concepción misma
de la obra. Sus imágenes están relacionadas con el tiempo lúdico, como en el
caso de Clavadista, Patrones o Beso noche, al igual que con situaciones de ensueño, como Música, amor y cochino jabalino,
momentos que aluden, de una u otra manera, a un mundo de ilusión y perfección.
Pero no se debe de olvidar ni el espacio ni los materiales con los que estás “ingenuas”
imágenes están realizadas: pequeños marcos de madera prefabricados, repetidos
en serie ad-ifinitum; lugares que
congelan instantes de cotidianidad, caracterizados por el humor y lo surreal,
realizados con materiales de gran maquinaria postindustrial. Son instantes de
memoria, de vida, que acontecen creyéndose libres (Tokio, Ecovesan) y que,
sin embargo, están dominados por un mundo perfectamente gestionado. Es más,
igual que en el caso Simonds y Torres –y es aquí donde se encuentra la mayor
similitud entre los tres-, al estar creados a partir de la miniatura, esos
individuos –“felices” en el caso de Millán- no sólo están acotados y marcados
por un espacio cerrado y geométrico, sino que además quedan al acecho de una
mirada externa, en esta ocasión siempre superior. El ojo que ahora contempla es
el Gran Hermano de El show de Truman
que confirma que el orden, bajo su continua super-visión, funciona según lo
estipulado. Ante esta mirada panóptica que todo lo ve, cabe preguntar, ¿quién
observa a quién? ¿Si ellos son
observados, no lo estaremos también nosotros? Es entonces cuando ese mundo
feliz e ingenuo se desmorona para descubrir que, en la posmodernidad, todo lo
cotidiano se ha convertido, también, en ámbito de control, supervisión y
vigilancia.
Los Miniencuadro
esconden así una realidad bifronte cargada de una ironía no exenta de
incertidumbre. Estas piezas, que sin duda recuerdan cierta estética del arte
Pop de los 50, del mundo de la publicidad y del diseño gráfico, se desvelan, en
su aparente simplicidad, como inquietantes e, incluso, en términos de Sigmund
Freud, como siniestras –Unheimlich-: objetos
y situaciones perfectamente cotidianas y que, sin embargo, se perciben como
extrañas y desconcertantes.
Cartel para la exposición Miniencuadro, el camino de los hombres de plástico
Cartel para la exposición Miniencuadro, el camino de los hombres de plástico, en C-aps experience. Diseño Laura Millán
Las obras de Laura no están hechas para la reflexión conspícua ni el análisis psicológico, o sí, pero lo cierto es que despliegan interrogantes que van mucho más allá de lo que sus inocentes figuras parecen sugerir. Con una estética naif, sencilla, ingénua y muy vital, nos cuenta historias inquietantes sobre el mundo que ella ve a su alrededor. Incluso las imágenes mas inócuas, poseen la fuerza para transportarnos a otro mundo, un mundo de seres que se agitan movidos por invisibles hilos.
juan luis yáñez.
obras de Laura Millán
cañaverales, collage 23x23 cm. 2010
patrones, collage 50x50 cm. 2010
dictado, collage 50x50 cm. 2011
chernobil, collage 23x23 cm. 2012
limpia, collage 50x50 cm. 2012
sábado, 6 de octubre de 2012
5ª exposición de c-aps experience
Nota de prensa 5ª exposición de C-aps experience
Título: Miniencuadro,
el camino de los hombres de plástico
Artísta: Laura Millán
Del 19 de Octubre
al 10 de Diciembre
Inauguración: Viernes 19 de Octubre a las 20.30 H.
Lugar, C-aps
experience, espacio aceropuro
Plaza puerta
real, 8. 41002 Sevilla.
Horario: de
lunes a Jueves de 17.30 a 20.30 h. Viernes 17.30 a 20 H.
Sábados y
mañanas, previo cita en 653828392
Web site: www.c-apsexperience.blogspot.com.es
Correo electrónico:
c.apsexperience@gmail.com
Teléfono:
954 903 874
Laura Millán
(1979,
Sanlúcar de Bda. Cádiz)
Con
el camino de los hombres de plástico, Laura nos presenta su particular
visión del mundo
que nos rodea. Un mundo lleno de visiones contradictorias, críticas, llenas de
un humor ingénuo y ácido. Imbuidas de una energía vital desbordante, sus
pequeñas figuras se mueven en su mundo con la fuerza de las imágenes
hitchcokianas, divertidas a veces, otras inquietantes y siempre dotadas de
autonomía propia. Sus minis, siempre parecen estar en
movimiento hacia algún sitio, en busca de su camino, rodeados de su propio
mundo que los engulle o transporta hasta su destino. Para C-aps experience, Laura
nos ha preparado una escenografía que
de alguna manera une a todos sus pequeños seres y los proyecta sobre el
escenario de la exposición, generándose un maravilloso maxiencuadro.
Artista plástica
multidisciplinar, se formó como Diseñadora Gráfica en la Escuela de Arte de
Sevilla y más tarde se graduó como Diseñadora Industrial en la Escola Massana
de Barcelona, obteniendo la Medalla ADI de Oro por su proyecto final de carrera
'El envase reversible'.
Desde 2008 lleva
desarrollando su obra denominada “Miniencuadro” -pequeñas escenografías
realizadas con miniaturas-, el trabajo de Millán se caracteriza por el uso de
elementos caseros y del trabajo manual, estableciéndose en el linde entre la
artesanía y el diseño. Una particular propuesta artística y creativa, siempre
desde la idea de miniatura y con el encuadre cinematográfico como referencia,
desarrollan en sus cuadros pequeñas escenas y decorados que encierran historias
congeladas. Un universo en el que se combina el diseño industrial y gráfico, el
teatro, la dirección cinematográfica, la animación y la dirección de arte para
dar como resultado un trabajo visualmente sugerente que dialoga con su
espectador.
Cada pieza, cada “Miniencuadro”,
juega entre lo onírico y lo real, la fábula y lo cotidiano, para proponer
situaciones de sugerente resonancia simbólica. La obra se presenta en piezas únicas
o en series de varios cuadros en las que se combinan las figuras de miniatura
con materiales de uso común como el cartón, el papel, las grapas, la madera o
los textiles.
Actualmente trabaja en diferentes
disciplinas como el diseño gráfico, la animación artesanal o la dirección de
arte en cine de guerrilla.
Sus proyectos han sido
expuestos en algunos espacios como:
· El Centro de Todas las
Cosas_ (2012, Sevilla)
· Enclave de Libros (2011,
Madrid)
· Sala Parque García Sanabria
(2011, Sta. Cruz de Tenerife)
· Sala Charco de San Ginés
(2011, Arrecife, Lanzarote)
· Fundación Mapfre (2010, Las
Palmas de Gran Canaria)
· Spainnow. Nueva generación
del diseño español, FuoriSalone (2008, Milan)
· Olé Design(Living Spain)
DesignForum Shop (2008, Helsinki)
· Medalla ADI 2007, ADIFAD
(2008, Barcelona, Valladolid, Mallorca, Valencia, Oviedo, Zaragoza y Castellón)
· MladyObal 2007 Young
Package(República Checa)
· Spailab. Expohogat 07
(Barcelona)
· Hispack 06 (Barcelona)
· PFC. Per fin comencem!,FAD
(2006, Barcelona)
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